Esta planta autóctona de la península Ibérica es muy vista por las colinas del sur de Europa y norte de África. Crecen en terrenos árido, secos y soleados. Como otras leguminosas, es capaz de fijar en el suelo el nitrógeno atmosférico. Lo que la hace muy interesante para la mejora del suelo, ya que esta capacidad y su fantástica adaptabilidad, la convierten en la planta ideal para estabilizar terrenos con riesgo de erosión.